Tierra, territorio y vida
Una joven indígena paraguaya abogó por sus pares en la reciente cumbre sobre cambio climático, elevando la voz indígena ante un foro internacional
Cuando era solo una niña Anna dejó su comunidad para llegar a la ciudad. Esa pequeña, que se enfrentaba a un mundo nuevo con costumbres distintas, extrañaba a sus compañeritos y los sonidos de la naturaleza. No se imaginaba que un día representaría a su nación frente a delegaciones de todo el mundo.
Esta es la historia de Anna Romero, una mujer indígena, presidenta de la Unión Juvenil Indígena en el Paraguay y que también forma parte de varias organizaciones sociales que trabajan por las comunidades indígenas y combaten la inseguridad alimentaria en Paraguay.
Recientemente cumplió uno de sus sueños. De su comunidad Guarani que la vio crecer en Mcal. Estigarribia, Boquerón, llegó a la ciudad para estudiar una carrera universitaria y graduarse en Relaciones Internacionales en la Universidad de Integración de las Américas (UNIDA).
Así comenzó su camino para representar a todo el pueblo guaraní e indígena de Paraguay.
Las comunidades indígenas son vulnerables ante los efectos del cambio climático, por las limitadas herramientas que poseen para poder hacer frente a los que les toca vivir. Y Anna lo sabe, por eso dedica su vida a reclamar el cuidado de sus tierras, del planeta, que al final es tarea de todos.
Después de haber completado un ciclo de formación para jóvenes, organizado con el apoyo de las Naciones Unidas, fue elegida para integrar la delegación oficial de Paraguay para la COP 27 llevada a cabo en Egipto, un evento que se realiza anualmente para analizar la situación medioambiental del planeta y tomar decisiones concretas para enfrentar el calentamiento global.
“Fue el lugar ideal para hacer llegar nuestros reclamos y hacernos escuchar, es lo que soñé para todo lo que me preparé y gradué”, nos cuenta feliz.
En la COP27 se realizó una declaración pidiendo que los países más contaminantes aporten a un fondo para apoyar a los países más afectados por las consecuencias del calentamiento global.
"Todavía existe un gran desafío para tener una mayor participación de las minorías en las tomas de decisión", como es el caso de las comunidades indígenas.
"Yo fui la única indígena que era parte de una delegación oficial; por eso me animé y en las reuniones expuse la necesidad de tener representantes indígenas en las negociaciones", dijo.
Protagonismo indígena
La Organización de las Naciones Unidas en el Paraguay viene apoyando al Estado paraguayo en varias iniciativas para garantizar la inclusión de los pueblos indígenas en la toma de decisiones y en especial lo que concierne a la protección de sus territorios, la adaptación al cambio climático y un mayor protagonismo en todo aquello que les concierne.
Con este propósito, varias de las agencias, fondos y programas de las Naciones Unidas vienen trabajando en forma coordinada con distintas oficinas del Estado para poner en práctica el Plan Nacional de Pueblos Indígenas, y varios acuerdos vinculados con la protección del medio ambiente y protagonismo y participación de los pueblos indígenas, en especial los jóvenes en foros de discusión y debate.
La formación y la participación de Anna y otros jóvenes en la COP27 fue facilitada por el Ministerio del Ambiente y el Desarrollo Sostenible (MADES), Unicef Paraguay, la Embajada Británica en el Paraguay y el proyecto Climate Reality. También intervino la organización YOUNGO, la representación oficial de la niñez y la juventud dentro la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Igualmente se contó con el asesoramiento técnico de la Asociación Defensores del Chaco Pypore y la Red de Jóvenes para la Acción Climática, en el marco del Proyecto: Empoderamiento de la niñez, adolescencia y las juventudes para la Acción Climática y la Conservación de la Biodiversidad en Paraguay - Componente de Acción Climática.
Anna, quien fue la única representante de la sociedad civil por Paraguay, se prepara para futuros desafíos tras una experiencia única que le dejó varios aprendizajes, sobre todo en lo que se refiere a la preparación y formación para tratar los temas.
La lideresa comentó que para cada tema específico a tocar, había un espacio de reuniones previas.
En ellas se trataban los temas que se presentaban luego en la reunión de negociación de los países.
"Para el tema de pueblos indígenas nos reunimos con colegas referentes de todos los países y organizaciones que trabajan con nuestro sector. Sin embargo, solo uno de nosotros el Presidente de la reunión, fue como nuestro representante en las negociaciones", recordó.
Anna es consciente de la necesidad que tienen sus pares y eso le motivó a exigir que las comunidades indígenas sean incluidas para las reuniones de negociación de sus países y puedan dar su opinión sobre los diversos temas que se tocan y no limitarse a participar en reuniones paralelas.
"Queremos participar y ser escuchados, porque también todos los temas que se tocan nos afectan en nuestras vidas, en el campo y además podemos aportar con nuestros conocimientos", fue lo que expuso la joven al hacer el pedido.
Replicar proyectos de pueblos indígenas
Anna señaló que lo más valioso del encuentro fue fortalecer los vínculos con líderes y organizaciones que trabajan temas como el de energías renovables y la adaptación que son de interés para las comunidades.
Dijo además que la experiencia le ayudó a observar cómo se organizan las comunidades en otros países y trae muchas ideas para aplicar en Paraguay.
"Es de gran valor haber conocido proyectos que se están realizando en otros países de manera a poder replicarlos en el país".
"Mi expectativa era acompañar varias negociaciones y tener una participación real y decisiva. Sin embar estuve más en reuniones paralelas que en eventos de negociaciones. Sentí que me ponían trabas para que pueda participar", dijo.
Opinó que, desde su punto de vista, Paraguay debe ser más proactivo y proponer acciones frente al cambio climático.
Su aporte para las negociaciones fue sobre el tema Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas (LCIPP) y Género ante el cambio climático, eje fundamental para trazar el presente y futuro, además de abrir caminos alternativos para la adaptación ante una situación climática cada vez más grave.
Es importante negociar desde el enfoque intercultural que implica reconocer la coexistencia de diversas culturas, que deben convivir con respeto a sus diferentes cosmovisiones.
"En especial, se requiere garantizar a los pueblos indígenas su participación real en la vida pública, a través de estructuras políticas e institucionales inclusivas y que éstas supongan la protección de sus instituciones culturales, sociales, económicas y políticas en la toma de decisiones", dijo.
Anna dice trabajar por los sectores más vulnerables porque "son los que más sienten las consecuencias y la intensidad de los fenómenos climáticos, como el caso de lluvias y las sequías más severas que causan estragos en la población".
Las comunidades indígenas están entre los grupos vulnerables y son afectados en sus costumbres, tradiciones, cultura y modos de vida, denuncia.
"Los cambios que se dan en el clima constituyen un problema serio con un impacto muy significativo. Es necesario contar con políticas públicas definidas y acciones concretas para llevar adelante una agenda coordinada entre los diferentes actores e ir encontrando el equilibrio que permita un desarrollo sustentable", reflexiona, la señora Romero.
Acuerdo de Escazú: una herramienta para garantizar el acceso a la información
Pidió la aprobación e implementación del Acuerdo de Escazú que busca garantizar el derecho de todas las personas a tener acceso a la información de manera oportuna y adecuada, a participar de manera significativa en las decisiones que afectan sus vidas y su entorno y a acceder a la justicia cuando estos derechos hayan sido vulnerados. Además proporciona medidas para facilitar su ejercicio y, lo que es más importante, se establecen mecanismos para llevarlos a efecto.
"Desde mi representación e identidad de un pueblo indígena del Paraguay, elevo mi voz a fin de que a nivel mundial los pueblos Indígenas y todos los países humanicemos la Tierra, permitamos la continuidad y la plenitud de la vida, la espiritualidad y el desarrollo social, cultural, económico, político y humano desde el cuidado-protección de los territorios; y desde la VIDA, demos al hombre su razón y su posibilidad a la vez de ser persona,Tierra y territorio.
Estos elementos, vinculados armónicamente, permiten desarrollar la vida social, económico y política de los pueblos indígenas, de acuerdo con sus pautas culturales respectivas".
Anna también colaboró para el Censo Nacional 2022 con apoyo en capacitaciones a distintas comunidades indígenas, entre ellas a más de 2.000 personas entre censistas y supervisores.
Además trabajó en el Instituto Paraguayo del Indígena y es integrante de la Articulación Nacional Indígena donde trabajan desde la formación cívica de los integrantes de las comunidades hasta por la defensa en litigios comunitarios.
Es integrante de "Paraguay Ahora" un grupo de líderes y lideresas jóvenes apoyado por el Banco Mundial.