Refugios de protección y esperanza

Refugios de protección y esperanza

Por Roberto Carrillo, Director y Representante de UNOPS en Paraguay

Cateura, Asunción. Jorge, Jesús y Kevin son niños de 11, 12 y 13 años respectivamente.  Jorge quiere ser futbolista e incorporarse al Club Cerro Porteño para cambiar la racha de su equipo de fútbol favorito en la liga nacional.  Jesús quiere ser bombero y Kevin, policía. Ambos para contribuir con la seguridad de su comunidad. 

El principal desafío que enfrentan estos tres niños es la dureza del medio en el que vienen creciendo, ya que viven en una de las comunidades más pobres de Asunción, localizada al margen del río Paraguay y su vecindario se erige sobre un relleno sanitario. Ambos elementos se potencian entre sí para hacer de Cateura una comunidad poco resiliente, o lo que es lo mismo: de alta vulnerabilidad a desastres. A lo anterior se suma el influjo de grupos de jóvenes más grandes que promueven en ellos una cultura transgresora de normas de convivencia pacífica, sobre todo - nos comentan - “cuando sus padres y madres, salen todo el día a trabajar como limpiadoras, albañiles, niñeras, entre otros oficios fuera de su comunidad”.  Jorge nos cuenta que para evitar esa exposición, cuando no va al colegio acompaña a su papá que es albañil, con lo cual a su corta edad ya ha aprendido algunos de los gajes del oficio.

La inquietud y rostros sonrientes reflejan la felicidad y expectativas positivas de niños, niñas y adolescentes de hasta 14 años por la inauguración del Centro de Atención “Cateura”.  Este Centro es parte de un sistema integral de atención a niños, niñas y adolescentes en riesgo, que reciben apoyo educativo, psicológico y alimenticio. 

La Primera Dama de la República de Paraguay y la Ministra de la Niñez y Adolescencia, comentan que la implementación del Centro es el resultado de un trabajo en conjunto entre el equipo del Gobierno y Organismos Internacionales como Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).

La infraestructura del Centro internaliza los factores de riesgos de inundación, para hacerla resiliente y evitar daños y pérdidas materiales que impliquen tener que hacer nuevas inversiones.  Para ello, el diseño es de dos plantas, la primera totalmente abierta para no retener aguas al momento en que crezca el nivel del río, y la segunda planta, que aloja las distintas áreas de atención y los equipos electromecánicos.  Asimismo, se han considerado elementos como baños, rampas y barras de seguridad con un sentido de inclusión total.  La iluminación y ventilación natural es abundante, lo que reduce costos de operación.  El sistema de gestión de aguas residuales permiten el tratamiento de las mismas y evitan efectos contaminantes de sus vertidos. Con estas medidas, UNOPS entregó unas instalaciones funcionales y sostenibles que garantizan un espacio de atención integral de la niñez y adolescencia de Cateura.

Con la inauguración del Centro, UNOPS contribuye a asegurar que todos los niños, niñas y adolescentes tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad a fin de que estén preparados para la enseñanza formal en los colegios.  Al mismo tiempo este espacio cumple el rol de asegurar estilos de vida sostenibles, en los que los cuidadores y cuidadoras, así como sus hijos, accedan a educación con enfoque en derechos humanos,  igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia y de desarrollo comunitario sostenible.

Este Centro es uno de las seis instalaciones que han sido remodeladas como parte del convenio de apoyo de la ITAIPÚ Binacional y UNOPS al Ministerio de la Niñez y Adolescencia, orientado a brindar condiciones óptimas de habitabilidad a niñas, niños y adolescentes en estado de vulnerabilidad, al facilitar instalaciones que tengan en cuenta sus necesidades con un enfoque inclusivo para personas con discapacidad, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, sin violencia, a fin de avanzar en el cumplimiento de la Agenda 2030, de los ODS y del Plan Nacional de Desarrollo, y sus iniciativas para  “no dejar atrás” a ningún niño, niña y adolescentes en situación de riesgo