Hacia un nuevo plan de desarrollo de los países sin litoral
Afrontar los retos y aprovechar las oportunidades en los países en desarrollo sin litoral de América Latina
Artículo de opinión de la Secretaria General Adjunta Rabab Fatima (*).
Reciéntemente se realizó en Asunción, una reunión de Alto Nivel de los Países en Desarrollo Sin Litoral. El objetivo fue examinar los avances y retrocesos en el Programa de Acción de Viena. Las delegaciones presentes trabajaron en un proyecto de Declaración de Asunción, con recomendaciones sobre acciones necesarias para un nuevo decenio.
Bolivia y Paraguay, los dos países en desarrollo sin litoral (PDSL) de América Latina, se enfrentan a importantes retos. Sin acceso directo al mar, se enfrentan a problemas de conectividad, comercio internacional y, en consecuencia en su desarrollo económico. Sin embargo, mediante un esfuerzo de colaboración, asociaciones sólidas y un apoyo internacional sostenido, los países en desarrollo sin litoral de América Latina pueden acelerar su transformación hacia un desarrollo sostenible.
Los pasados 27 y 28 de julio, con el apoyo de las Naciones Unidas, Bolivia y Paraguay, los países vecinos de tránsito, sus cooperantes y otras partes interesadas llevaron a cabo un examen exhaustivo de la aplicación del Programa de Acción de Viena para los Países en Desarrollo sin Litoral, un importante pacto internacional de desarrollo acordado en 2014 en el que se esbozan áreas clave de desarrollo para mejorar las economías sin litoral.
La reunión de Asunción fue un momento crítico para mirar hacia atrás, reflexionar y evaluar el progreso de los países en desarrollo sin litoral de América Latina en la última década y hacer recomendaciones concertadas para un nuevo y audaz camino a seguir. Fue una oportunidad para abordar los desafíos interconectados a los que se enfrentan los países en desarrollo sin litoral de América Latina, desde el cambio climático hasta la gestión de la deuda, pasando por los efectos persistentes de la pandemia COVID-19, que provocó una disminución del 2,6% del PIB en los países en desarrollo sin litoral.
Para salvaguardar los modestos logros de la última década, la comunidad internacional debe reforzar su apoyo a los países en desarrollo sin litoral de América Latina. La continuidad de las inversiones en proyectos de infraestructuras que conecten las regiones será crucial para superar las limitaciones geográficas y otras limitaciones estructurales, al tiempo que se impulsa el comercio. Los socios, las organizaciones regionales y las instituciones multilaterales deberían priorizar aún más la asistencia específica para el desarrollo de capacidades y el acceso a las tecnologías, incorporando al mismo tiempo las necesidades de los países en desarrollo sin litoral al discurso global sobre el clima. Será esencial contar con estrategias eficaces para aumentar la resiliencia frente a las crisis actuales y futuras.
El documento final de la reunión de Asunción ofrece estas y otras soluciones prácticas para superar los retos a los que se enfrentan los países en desarrollo sin litoral de América Latina. El nuevo programa de acción que se adoptará en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Países en Desarrollo sin Litoral, que se celebrará el año próximo en Kigali, Ruanda, será una oportunidad para movilizar el apoyo mundial y las asociaciones de múltiples partes interesadas para implementar estas soluciones. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para ayudar a los países en desarrollo sin litoral de América Latina -y a los más de 500 millones de personas que viven en en estos países - a consolidar una década de progreso, sortear los desafíos que impone su geografía y aprovechar las innumerables oportunidades que existen para mejorar la vida de tantas personas.
Si hay una conclusión general que extraer de Asunción, es ésta: Bolivia y Paraguay tienen el potencial necesario para superar sus singulares retos e inaugurar una nueva era de prosperidad para toda la región, pero no pueden hacerlo solos. Para hacer realidad sus objetivos de desarrollo, Bolivia y Paraguay necesitan el apoyo de la comunidad mundial. Ha llegado el momento de actuar.
Puede escuchar las presentaciones del foro en los siguientes enlaces:
Rabab Fatima es Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Alta Representante para los Países Menos Adelantados, los Países en Desarrollo sin Litoral y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.