La Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2006 celebró la aprobación de la Convención Internacional para la protección contra las desapariciones forzadas y estableció el 30 de agosto como el Día Internacional de Desapariciones Forzadas.
Paraguay sufrió la dictadura militar más larga de América del Sur, la cual se caracterizó por tener prácticas de persecución política, tortura y graves violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos.
En el país, durante este período, se contabilizan cerca de 400 personas detenidas y desaparecidas en este contexto. Se han recuperado los restos de los cuerpos de 37 de ellas. En este sentido, el Comité contra la Desaparición Forzada recomendó al Estado paraguayo “adoptar las medidas necesarias para asegurar que todos los casos de desaparición forzada, incluyendo aquellos que hubiesen sido cometidos durante el periodo 1954-1989, sean investigados sin demora” y dotar de recursos económicos, técnicos y de personal a las instituciones responsables de esta labor.
Saludamos los importantes avances en cuanto al desarrollo de la base de perfiles genéticos poblacionales que permiten investigar, documentar y hacer justicia por las personas desaparecidas y asesinadas en el contexto del Plan Cóndor; así mismo, celebramos que se hayan retomado las labores de búsqueda e identificación de personas desaparecidas durante la dictadura, impulsada por el Ministerio de Justicia, a través de la Dirección de Memoria Histórica y Reparación.
Es oportuno que Paraguay continúe avanzando en acciones y políticas públicas de verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición, y seguir consolidando la democracia sobre los cimientos de los Derechos Humanos.
Las heridas del pasado son asunto del presente, así lo hemos definido como Humanidad en distintos acuerdos que representan un consenso amplio, universal.
Es este un esfuerzo que debe seguir priorizándose.