El negacionismo y el holocausto
¿Por qué negamos nuestra historia?
Conversatorio sobre el fenónemo del negacionismo y el holocausto:
¿Por qué negamos la historia?
El 27 de enero de 1945, con la llegada de las fuerzas rusas al territorio polaco ocupado por las últimas unidades nazis, el mundo pudo confirmar la terrible realidad de los campos de concentración y exterminio.
Más de seis millones de judíos y personas perseguidas por su condición étnica, su ideología, su identidad sexual o su realidad biológica habían sido torturadas y asesinadas por un régimen autoritario y perverso que diseñó un programa para borrar todo vestigio de su existencia.
Unos pocos sobrevivientes sobrevivieron los campos y quedaron con vida para contar los horrores que tuvieron que soportar.
Pasaron más de siete décadas y las heridas lamentablemente siguen abiertas. En parte, debido a que algunos sectores todavía se empeñan en negar la existencia del Holocausto.
Mario Samaja, coordinador residente de las Naciones Unidas en el Paraguay abrió el homenaje con el mensaje del Secretario General António Guterres y compartió el texto de la resolución más reciente de la Asamblea General de la ONU, sobre el negacionismo:
"La negación, un tema que analizaremos hoy, puede ser muy dañina. Tanto para los individuos como para la sociedad. Hace solo una semana, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una nueva resolución condenando enérgicamente el negacionismo. En su parte resolutiva, y voy a leer textualmente, dice:
1. Rechaza y condena sin reserva alguna toda negación, ya sea total o parcial, del Holocausto como hecho histórico;
2. Insta a todos los Estados Miembros a que rechacen sin reserva alguna toda negación o tergiversación, ya sea total o parcial, del Holocausto como hecho histórico y toda actividad encaminada a tal fin;
3. Encomia a los Estados Miembros que se han ocupado activamente de preservar los lugares que sirvieron de campos de exterminio, campos de concentración, campos de trabajo forzoso, centros de exterminio y cárceles nazis durante el Holocausto, así como lugares similares que hacían funcionar los regímenes aliados a los nazis, sus cómplices o auxiliares;
4. Insta a los Estados Miembros a que elaboren programas educativos que inculquen a las generaciones futuras las enseñanzas del Holocausto con el fin de ayudar a prevenir nuevos actos de genocidio y, en este contexto, encomia a la Alianza Internacional para la Recordación del Holocausto;
5. Insta a los Estados Miembros y a las empresas de medios sociales a que tomen medidas activas para combatir el antisemitismo y la negación y la tergiversación del Holocausto por medio de las tecnologías de la información y las comunicaciones y a que faciliten la denuncia de ese tipo de contenido;
6. Solicita al programa de divulgación de las Naciones Unidas sobre el Holocausto y a todos los organismos especializados competentes de las Naciones Unidas que sigan ideando e implementando programas para contrarrestar la negación y la tergiversación del Holocausto y que promuevan medidas para movilizar a la sociedad civil, e invita a todas las partes interesadas pertinentes, entre otras los Estados, los parlamentos, el sector privado y el mundo académico, a que comuniquen a la sociedad la verdad de los hechos del Holocausto y la importancia de las enseñanzas que ha dejado a fin de contrarrestar su negación y tergiversación y, así, prevenir nuevos actos de genocidio.
Termina así la contundente resolución de la Asamblea General de la ONU. Antes de dejar paso a las otras personas que nos acompañan deseo terminar mis palabas con el mensaje del Secretario General de la ONU, António Guterres:
Hoy recordamos a los seis millones de hombres, mujeres y niños judíos que perecieron en el Holocausto, a los romaníes y sintis, y a las innumerables víctimas de su horror sin precedentes y su calculada crueldad.
El Holocausto definió a las Naciones Unidas.
Nuestro propio nombre fue acuñado para describir la alianza que luchaba contra el régimen nazi y sus aliados.
Nuestra Carta se redactó en San Francisco mientras se liberaba el campo de concentración de Dachau.
Las Naciones Unidas deben estar siempre en primera línea de la lucha contra el antisemitismo y todas las demás formas de fanatismo religioso y racismo.
Hoy asistimos a un alarmante resurgimiento de la xenofobia y el odio.
El antisemitismo —la forma más antigua y persistente de prejuicio — vuelve a aumentar.
Los intentos de minimizar o negar completamente el Holocausto se multiplican.
Ninguna sociedad es inmune a la irracionalidad o la intolerancia.
Nunca debemos olvidar que el Holocausto podría haberse evitado. Las súplicas desesperadas de las víctimas fueron ignoradas. Muy pocos hablaron, muy pocos escucharon, y menos aún se levantaron en solidaridad.
Recordar el pasado es esencial para salvaguardar el futuro.
El silencio ante el odio es complicidad.
Comprometámonos hoy a no ser nunca indiferentes al sufrimiento de los demás, y a no olvidar nunca lo sucedido ni dejar que los demás lo olviden.
Comprometámonos a estar siempre atentos y a defender los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.
Muchas gracias.
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Hasta aquí las palabras de António Guterres.
Ruth Kohan, directora del Museo Judío Walter Kochman en Asunción, docente se refirió a la misión del Museo Judío de educar en contra de la discriminación, xenofobia a partir de la Shoa. El museo trabaja con colegios y universidades y el público en general. El Museo Judío de Asunción, se encuentra sobre la calle Eligio Ayala casi Perú y está abierto al público por agendamiento.
El embajador de Alemania, Holger Scherf, habló sobre los esfuerzos de su país para cerrar el horroroso capítulo del Holocausto, manteniendo viva la memoria.
El director general de derechos humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Dr. Jorge Brizuela, también habló del papel de los Estados en contrarrestar la distorsión de la historia.
¿Por qué existe el negacionismo? El profesor David Velázquez Seiferheld, es investigador en el campo de la historia, principalmente en el campo de la historia de la educación paraguaya e historia social. En la temática del Holocausto, forma parte de una red no formal de investigación sobre Pasaportes falsos paraguayos y latinoamericanos emitidos durante la ocupación nazi para salvar vidas judías, por el llamado Grupo de Berna o Grupo de los 6. También trabaja regularmente como voluntario del Museo Judío, en capacitaciones sobre temas relacionados con Paraguay y el Holocausto, para la Red Latinoamericana de Educación en la Shoa (Red LAES). Es académico correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia; socio fundador del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas; socio de la Sociedad Argentina de Historia de la Educación. Es investigador de la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo (UNVES), de Paraguay; y de otros grupos regionales de investigación.
Se vieron momentos muy emotivos cuando Flora Tauber, descendiente de sobrevivientes, mostró las fotos de su mamá y su tía, quienes sufrieron en carne propia los peores horrores de la persecución nazi:
Andrés Colmán Gutiérrez, periodista y autor del libro Mengele en Paraguay, la historia que salió a la luz, narró sus experiencias al tratar de reconstruir la historia de Josef Mengele, el llamado "ángel de la muerte" quien acabada la guerra se refugió en Brasil y Paraguay, donde adquirió la nacionalidad paraguaya bajo su nombre real. Colmán Gutierrez es investigador y guionista. Nació en Yhu. Trabajó en el diario Ultima Hora durante más de 30 años y colabora en el diario con columnas de opinión. Ha publicado varias novelas y un libro de relatos, libros de historia y guiones para historietas. Fue co-autor de varias obras. Obtuvo varios reconocimientos: El Premio Vladimir Herzog (1985) el Premio Nacional de Periodismo Santiago Leguizamón (2000) el Premio Peter Benenson (Amnistía Internacional, 2014).
Alejandro Rubín, Cónsul Honorario de Israel, cerró el evento con una reflexión final sobre la vanalización del término "nazi" e invitó a los presentes a un minuto de silencio en recordación y homenaje a las víctimas.
Para escuchar la ceremonia completa:
Agradecemos a nuestro anfitrión, el Instituto Cultural Paraguayo Alemán y a su directora Simone Herdrich por habernos cedido este hermoso salón para la ceremonia, al Museo Judío de Asunción, Walter Kochmann, al Comité Paraguayo de Ciencias Históricas y a todos los que generosamente han cedido su tiempo para participar en este evento.