Una sabrosa historia de éxito que refleja el esfuerzo de emprendedoras chaqueñas
Un grupo de emprendedoras indígenas y rurales del Chaco Paraguayo junto con facilitadoras de la Asociación Sombra de Árbol y otros aliados, compartieron sus logros alcanzados en la producción y comercialización de productos elaborados a partir del algarrobo, el mistol y otros frutos del monte chaqueño.
Ellas vienen de las aldeas de Samaria y Jope de la comunidad Yalve Saanga (Pueblo Indígena Nivaclé), la comunidad Ñu Guasu (Pueblo Guaraní Ñandeva), así como a la zona rural de Pozo Hondo (Boquerón). El sábado dieron a conocer lo que hacen e invitaron a valoriar y degustar las exquisiteces que producen con sus propias manos.
Leyenda: Las emprendedoras dieron a conocer lo que hacen y alentaron a que más personas puedan valorizar y degustar las exquisiteces que trabajan con sus propias manos.
Rogelia Pérez, de la aldea Samaria, del pueblo indígena Nivaclé, integrante de esta red de mujeres, expresó muy conmovida:
“El proyecto nos brinda muchos beneficios, como alimentos nutritivos y saludables para consumir y para la venta. Experimentamos el resultado del trabajo como la elaboración de la harina de algarroba. Para mí es un gran valor tener un lugar donde trabajar como grupo de mujeres para recuperar y valorar el consumo de los frutos del monte. Queremos seguir luchando a pesar de las dificultades como la sequía y los problemas de salud”.
Leyenda: Veronique Gerard del PNUD, Rogelia Pérez, de Samaria y Norma Ramos, coordinadora nacional del Programa Pequeñas Donaciones FMAM, Paraguay.
Por su parte, Fátima Arias, una de las referentes indígenas de la comunidad Ñu Guasu, indicó:
“Este proyecto es demasiado importante para nosotras, porque nos ayuda a recuperar nuestra cultura, a través de la recolección del algarrobo. Hoy les traemos la harina de algarroba, resultado de todo este proceso que pudimos lograr gracias al apoyo que recibimos en todo momento”.
Leyenda: Productos de primera calidad del Chaco a su mesa, gracias a un grupo de mujeres chaqueñas que se iniciaron en este novedoso emprendimiento. Mermeladas, café, jarabe, harina, galletitas y especias. Todo lo necesario para el paladar gourmet.
Uno de los objetivos centrales del proyecto es fomentar la valoración y el manejo sostenible de los recursos naturales del Chaco, con énfasis en los algarrobales, y otras especies con frutas silvestres de la región, apoyando iniciativas liderada por mujeres con innovación e inclusión social.
Leyenda: El Prosopis alba llamado popularmente algarrobo en el Chaco sudamericano, es una especie arbórea, apreciada por su sombra y por aportar muchos beneficios, gracias a sus múltiples cualidades como alimento, forraje, abono, madera, y materia prima es fundamental para el desarrollo de diversas actividades económico-productivas.Fuente Proyecto Green Chaco: https://cifca.agr.una.py/novedades/el-algarrobo-como-alternativa-para-s…
Este programa cuenta con un comité directivo nacional conformado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Secretaría Técnica de Planificación y Desarrollo Económico, el Instituto Forestal Nacional, la Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (FAPI), la Red Pojoaju y la Red de Entidades Privadas al Servicio de los Pueblos Indígenas.
Leyenda: Los dulces y delicados sabores chaqueños a la mesa
Las mujeres ya venían elaborando productos a partir de insumos autóctonos de la zona. Articularon esfuerzos durante un año y medio en el marco del proyecto “Mujeres Chaqueñas en Red: nuestro bosque, nuestros saberes y el futuro en nuestras manos”, que les ayudó a fortalecer el cuidado, procesamiento y comercialización con criterios de sostenibilidad económica, ambiental y social.
Leyenda: Estas mujeres no hubiesen logrado hacer realidad sus sueños si no fuese por la gente que creyó en ellas y apostó por su éxito, como por ejemplo la renombrada cantante nivaclé Bianca Orqueda quien les dedicó una canción y la representante del PNUD, la señora Silvia Morimoto quienes las acompañan en esta foto.
La iniciativa es ejecutada por la Asociación Sombra de Árbol en alianza con otros actores locales y cuenta con el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Leyenda: La unión hizo la fuerza. Muchos de estos productos ya se conocían en las comunidades. Ahora, gracias al proyecto impulsado por el Programa de Pequeñas Donaciones, podrán ser conocidos y saboreados por un público más amplio, dejando un valor y beneficios en la comunidad.
"Este proyecto nos ayudó a organizarnos. Ahora somos 30 mujeres que estamos trabajando con el algarrobo; antes hacíamos la harina, pero de forma más precaria porque teníamos que usar el mortero y ahora ya tenemos un equipo para moler y obtener nuestra harina. Es mucho más rápido”, expresó Fátima Arias, referente indígena de la comunidad Ñu Guasu.
Leyenda: La incorporación de algunos elementos tecnológicos sencillos, como un molino, significó una gran diferencia para estas mujeres que pudieron aumentar su capacidad de producción en un producto muy necesario, sobre todo para aquellas personas con intolerancia al gluten.
Algunos de los productos que elaboran son harina de algarroba, café y la delicada mermelada de mistol. Parte de su producción la comercializan con la empresa Tucosfactory, que forma parte también de la red de trabajo.
La empresa ofrece al mercado estos productos que se suman a la mermelada de tuna, ají del monte, galletitas de algarrobo, y otros alimentos que ya pueden ser ser adquiridos en las tiendas de comestibles de Paraguay.
Leyenda: El café de mistol es una excelente alternativa al cacao. Su sabroso aroma y sabor conquistan los paladares más exigentes.
“Este año a causa de la sequía no hubo mucho algarrobo, pero destacamos que hoy ya estamos más equipadas y capacitadas para obtener la harina" . Señaló Fátima Arias de la comunidad Ñu Guasu quien destacó que además ya cuentan con un lugar físico e incluso movilidad para autogestionarse.
Leyenda: El mistol, cuyo nombre científico es Ziziphus mistol, también llamado mistol cuaresmillo, sacha mistol, mistol del monte, es un árbol de la familia Rhamnaceae. Es típico del bosque chaqueño, abundante en el Chaco Austral, casi todo el norte de Argentina y parte del centro como Córdoba, además de Perú, Bolivia Venezuela y Paraguay. (fuente: Wikipedia)
Uno de los objetivos centrales del proyecto es fomentar la valoración y el manejo sostenible de los recursos naturales del Chaco, con énfasis en los algarrobales, y otras especies con frutas silvestres de la región, apoyando iniciativa liderada por mujeres con innovación e inclusión social. Las vainas del algorrobo o algarroba se utilizan para fabricar la harina.
Según un estudio realizado por un grupo de científicos de La Plata, Argentina, esta harina es apta para celíacos: "Esta presenta propiedades químicas y nutricionales interesantes: alto contenido de azúcares solubles, fibra dietaria, polifenoles y actividad antioxidante, como también de minerales, especialmente calcio, hierro y cinc; como también ausencia de prolaminas.
Todas estas propiedades la convierten en un ingrediente adecuado para la elaboración de bocaditos dulces aptos para celíacos. Utilizando esta harina como aglutinante junto con azúcar y miel, e incorporada en niveles menores al 35%, se obtuvieron bocaditos dulces que presentaron en comparación al resto de las formulaciones, una masticabilidad intermedia y que fueron muy bien aceptados por los consumidores".
La iniciativa es ejecutada por la Asociación Sombra de Árbol en alianza con otros actores locales y cuenta con el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Leyenda: Las vainas del algarrobo pasan por varios estados de proceso para lograr la harina. En esta imagen las emprendedoras de Samaria nos muestran los estados de la producción hasta llegar al producto final.
La ampliación de la gama de productos que se pueden elaborar con harina de algarroba redundará en una mejora de las economías regionales como consecuencia del agregado de valor. También tiene un gran impacto en la vida de estas mujeres, que gracias a este emprendimiento pueden aumentar sus ingresos e invertir en elementos e infraestructura necesarios en la comunidad.
El programa cuenta con un comité directivo nacional conformado por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Secretaría Técnica de Planificación y Desarrollo Económico, el Instituto Forestal Nacional, la Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (FAPI), la Red Pojoaju y la Red de Entidades Privadas al Servicio de los Pueblos Indígenas.
Leyenda: El impacto de este pequeño emprendimiento en la vida de estas familias es inmenso. De esta manera ellas pueden contribuir al desarrollo de su familia y su comunidad.